Recupero este escrito de hace ya un tiempo. Y es que el mes de diciembre es mi pesadilla. Parece que todo el mundo va derrochando felicidad y alegría (aunque quizás les pase como a mí, que todo sea teatro…) y es que yo entro en la Navidad todos los años solo por pura inercia, pero la Navidad no ha conseguido nunca entrar en mí.
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Hacía días que la contemplaba allí, sentada a la sombra de aquel árbol, mirando fijamente el agua del río. A veces tenía un libro en el regazo, pero casi nunca leía, solo pensaba.
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Sabía que era una mujer alegre, pues cuando alguien le hablaba, ella contestaba con una sonrisa resplandeciente y se le iluminaban los ojos. Pero cuando pensaba que nadie la veía, un velo de melancolía le nublaba la vista.
Llevaba tanto tiempo siguiéndola, que había llegado a conocerla bien y aquella tarde me decidí a hablarle…
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– ¿Qué confidencias te cuenta el río? te he estado observando y llevas días contemplándolo con insistencia.
– sí, vengo a menudo, me relaja el rumor del agua.
– hoy te siento triste.
– no, al menos no del todo. Pero a veces mis pensamientos se pierden en las cosas que deseo y no tengo.
– a todo el mundo le falta algo. Lucha por lo que quieres, a veces la felicidad está precisamente en esa lucha.
– ¿y si es una lucha que no te conduce a nada? porque eso es lo que siento.
– la vida está ahí, lo que hoy te parece imposible, mañana puede estar al alcance de tu mano. Nunca te rindas. Nunca pierdas la sonrisa. La vida es bella. Y tú sabes ver esa belleza, te conozco hace mucho y sé que amas la vida.
– sí, es verdad. Me gusta ver el sol y mirar el cielo azul, me gusta el canto de los pájaros por las mañanas cuando aún permanezco en la cama, me gusta ver crecer las rosas y ver felices a la gente que me rodea. Me gusta reír, me gustan las bromas, me gusta hablar con la gente y escucharla. Me gusta abrazar y que me abracen…
– entonces ¿qué te falta? ¿por qué, a veces, esa tristeza?
– me falta algo que no puedo tener, me falta alguien en quien reposar mi hombro cuando estoy triste, alguien que me acompañe a mirar el correr del río, alguien con quien admirar la puesta de sol, alguien para quien ponerme guapa. Hay un hueco en mi corazón que no puedo llenar más que con ese alguien que no tengo. Los sueños. a veces, se quedan pequeños para lo que siento.
– eres afortunada, no se puede tener todo. Pero tú tienes mucho. Tienes que ser feliz con lo que tienes. Ama tú, no esperes que te amen, la felicidad está en dar, no en recibir. Y tú lo sabes bien, por lo que te conozco siempre has intentado dar mucho.
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Se quedó pensativa, mirándonos al río y a mí alternativamente y sonrió. Luego, siguió hablando con voz pausada.
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– tienes razón, quizá mi problema es pensar que la felicidad debía ser un estado un poco más permanente de lo que es, cuando en mi interior sé que solo son momentos intensos de emoción que atesorar. Y tengo que reconocer, que voy atesorando alguno… De esos momentos se nutren mis sueños.
– aprende a vivir con lo que tienes, sácalo el máximo partido, esos momentos de felicidad que atesoras se irán incrementando y una nueva luz iluminará tu vida. Siente, vive, aprovecha lo que tienes. Tienes mucho, seguro que hay alguien que te quiere y piensa en ti. No todos pueden decir lo mismo.
– pensaré en lo que me has dicho, puede que sea yo la culpable de que la felicidad no se asiente en mi casa, sus visitas son demasiado cortas, quizá no he aprendido a ser buena anfitriona… Intentaré remediarlo. Gracias por esta charla, el hablar alivia el corazón y la mente.
Se levantó despacio y yo lentamente la seguí. Iba cayendo la noche y poco a poco mientras ella caminaba yo me fui difuminando entre las demás sombras de la noche.
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Al día siguiente, en cuanto se abriera el día, volvería a seguirla de cerca, de nuevo volvería a ser… SU SOMBRA.
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Interesante diálogo, Estrella. Un beso.
Mercedes, es un recordatorio para no dejar pasar los pequeños momentos que nos dan felicidad, pensando que no merecen la pena…
Un beso
«La vida cotidiana es también una suma de instantes
Algo así como partículas de polvo
Que seguirán cayendo en un abismo
Y sin embargo cada instante
O sea cada partícula de polvo
Es también un copioso universo.
Con crepúsculos y catedrales y campos de cultivo
Y multitudes y cópulas y desembarcos
Y borrachos y mártires y colinas
Y vale la pena cualquier sacrificio
Para que ese abrir y cerrar de ojos
Abarque por fin el instante universo
Con una mirada que no se avergüence
De su reveladora
Efímera
Insustituible
Luz.» (Benedetti)
Así es, vivimos, existimos,
porque existen estos instantes que compartimos.
En cualquier momento podemos desaparecer,
tan sólo con romper la página que escribimos.
La felicidad son instantes.
Un beso.
Estrella: ese bello diálogo nos hace recapacitar y reflexionar sobre lo que entendemos por felicidad. Había una frase de Gandhi que me gusta mucho y que reza así: «la felicidad se alcanza cuando, lo que uno piensa, lo que uno dice, y lo que uno hace están en plena armonía». Un beso
Sí, Justi, como dice Benedetti, la vida cotidiana es una suma de instantes,
y en un instante cabe una vida entera,
y toda una vida puede no ser nada…
Y muchos días, cuando me levanto,
necesito hacerme ese recordatorio,
vive por esos instantes de felicidad y aparca el resto de la vida,
es poco, pero menos es nada…
Un beso.
Águeda, es bonita esa frase de Ghandi, muy bonita.
Pero las personas somos complicadas, siempre esperamos, siempre queremos más. Cuando tenemos un momento de felicidad nos parece poco, no lo saboreamos pensando en que se va a acabar…
Quizá deberíamos pensar que la vida es justo ese momento, lo que venga después ya se verá.
Un beso.
Realmente interesante…toda una reflexión….
Saludos
Gracias Mark, Imagino que ansiamos tanto la felicidad porque se prodiga poco, si la tuviéramos a todas horas, no la valoraríamos…
Nadie tiene todo lo que quiere.
La felicidad es efímera, aparece y se va.
Lo mismo que la vida…
Existe la idea de felicidad para nuestra frustración, porque difícil es alcanzarla, pero conservarla, un imposible.
Quizá pequeños momentos, pero hasta en ellos, estamos pensando en que lo podemos perder.
Como la vida…
Muy sentido el diálogo. Los huecos del corazón suelen ser muy grandes para taparlos. Si algo tengo claro es que la felicidad es un estado efímero y creo que con la edad, más efímero aún. Un abrazo Estrella.
Con la edad, llega un momento en que ya ni se busca, Carlos.
De cualquier modo, no creo que exista, con frecuencia cada vez que aspiramos a algo, nos quedamos con las ganas de más.
Un abrazo.
La felicidad de los anuncios me da repelús Estrella, así que durante este mes andaré repelusado. Habrá algunos ratos buenos, los más en la soledad de las aficiones y otros mejores para compartir cuando la familia se reúne. La mayor parte del tiempo, supongo que nos pasa a todos, se pasará en un estado neutro, entre estudios, lecturas y la música que nos acompaña. Aunque comprendo que tu situación es distinta, me atrevo a invitarte a disfrutar, como bien sabes de los que sientas como instantes especiales. Un abrazo.
Soy la eterna insatisfecha, Carlos, aunque quien me rodea, ni siquiera lo imagine…
Desde niña he tenido aversión por estas fiestas, quizá porque no tenía a mis padres y me repartía con mi abuela y mis tíos, no sé, pero diciembre es mi mes más negro, emocionalmente hablando.
Gracias por tus palabras, besos.
Todo se trata de aprender a identificar ese frágil estado de equilibro y atesorarlo para los días de pena, como quien guarda leña para el invierno.
Siempre te queda la opción de celebrar tu propia fiesta… La Navidad para mí es una simple excusa para comer porquerías y someter a los míos a postres dudosos. Ah! Además es un día libre.
Un abrazo
Es el ambiente, todos (aparentemente) hablen de reuniones familiares, de ilusión, de pasarlo bien… yo realmente lo paso mal, no me gusta hacer las cosas porque así están establecidas, me gusta hacerlas cuando nacen del corazón.
Y ese consumo desaforado no lo entiendo, pero llega el momento y me dejo llevar, aunque cada vez menos.
Sí, un día libre para cocinar, fregar, atender a la familia… todo menos descansar, jeje.
Besos.
Muy bonito Estrella. Hay tristezas este solo pueden ser reveladas a tu sombra.
Abrazo fuerte. 🤗
Gracias, Patricia. Soy una persona muy alegre, tengo como dos personalidades, la interior y la exterior y mis procesiones van por dentro, pocas veces salen al exterior (solo cuando escribo y mis allegados no lo leen)
Otro abrazo para ti.
Te leo y me identifico, mis tristezas las dejo escritas y pocas veces les hago leer a quienes sólo quiero ver sonreír.
Un abrazo muy fuerte. 🤗
Mi familia sabe que tengo el blog pero no lo han visto, si supiera que lo leían ya no me mostraría como soy…
Un gran abrazo, Patricia.
La felicidad se logra cuando la dejas libre de entrar y salir cuando le plazca. Ser feliz por decreto, como en navidad, trae consigo una tristeza no buscada pero encontrada por el ruido del falso jolgorio. Saludos.
Probablemente tengas razón, es mejor no pensar en ella y así nuestras expectativas serán menores y más fáciles de conseguir.
No sé si soy un bicho raro o que,
simplemente, digo lo que pienso y otros se los callan, pero odio estas fiestas…
Un abrazo.
Estrella no nos engañemos, porque Navidad debe ser todo el año. Me encanto leerte y que pases un feliz dia. Un gran abrazo.
Sí, Junior, la parte familiar y de solidaridad que sea todo el año, pero desde luego, no la del despilfarro y los excesos.
Felices días también para ti.
Besos.
Bonjour mon ami amie ESTRELLA
Juste un sourire pour toi
Je le laisse sortir de mon cœur
C’est un sourire en douceur
il va éclairer ton visage
Je le partage avec tous mes amis amies
de celui ou celle qui le reçois
peu importe son âge
il le rendra heureux ou heureuse
Alors pour toi mon ami amie
je te fais encore un beau sourire
pour te souhaiter une bonne journée ou soirée
Bisous
Bernard
Bonsoir Bernard, merci beaucoup.
Te deseo que tengas unas felices fiestas en compañía de tu familia y amigos.
Bisous.
[…] a través de DIÁLOGO SOBRE LA FELICIDAD — caminando… […]
Gracias por compartir. Es un placer para mí.