Avanzo resuelta con la sonrisa amplia,
la mirada brillante,
un temblor casi imperceptible
en mi boca sedienta.
Te miro, acodado en la barra del bar,
los ojos entornados,
sé que me estás observando.
Lentamente humedezco mis labios,
me anticipo al momento
en que tu boca se ajuste a la mía
y el calor de nuestros cuerpos
se vuelva el fuego que nos abrase
en esta noche clara de luna llena,
cuando se buscan los amantes
tras la promesa de un beso.
(Estrella)
.