“Mamá ¿dónde vamos a dormir esta noche?” se oyó una voz ante los restos de lo que había sido su hogar…
Esta mañana, cuando he abierto la ventana y he mirado al frente, he sentido el vacío de la ausencia. La hilera de frailes que me acompañaba día tras día ha desaparecido. Hace un tiempo les dediqué unas letras, muchos lo habréis leído, otros no. Para unos y para otros y para meteros de nuevo en la historia, pinchad aquí.
El pasado martes, cuando llegué a casa el sonido de una motosierra me trajo mal augurio. Me costaba pensar que esos chopos, mi primer contacto visual todas las mañanas, fueran a caer bajo los dientes asesinos de la sierra. Pensé… “estarán cortando alguno de ellos, azotado por alguna plaga”. A media tarde ya se veía un hueco desnudo en la hilera. Lo miré con tristeza, parece mentira el apego que se puede coger al escenario que forma parte de nuestra vida cotidiana.
En mi paseo vespertino con las perras, empezaba a apreciar el cambio, aunque lo peor estaba por llegar. Al día siguiente el hueco desnudo se había ensanchado. Unos cuantos chopos más habían caído bajo la motosierra. Los pájaros revoloteaban entre los restos buscando sus nidos. Ya sólo quedaban unos pocos árboles a ambas orillas del camino. Los miré con pena, ahora ya sabía que les quedaban pocas horas de vida.
Y así era, el jueves la hilera de frailes había desaparecido. Y ahora, el paisaje ya no es el mismo, aún queda algún pájaro despistado, pero terminará yéndose. El trino alegre que escuchaba dejará de oírse, ya no vendrán las bandadas emigrantes a descansar antes de seguir camino, ya no se escuchará el ulular del viento en el frío otoño, ni se alfombrará el suelo del amarillo de las hojas caídas…
Dicen, “los chopos no están protegidos” y puede que así sea, son árboles humildes, pero dan sombra, dan cobijo, adornan el paisaje… y hasta un poeta tan grande como Antonio Machado, les nombra en muchos de sus poemas:
¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera,
espuma de la montaña
ante la azul lejanía,
sol del día !
¡Hermosa tierra de España ! (A. Machado)