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El otro día iba yo corriendo, acelerada, como casi siempre en los últimos tiempos. Era tarde y los comercios estaban a punto de cerrar. Tenía que comprar un regalo de cumpleaños y, como me sucedía a menudo, lo había dejado para última hora.
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Como siempre he sido una patosa y el pavimento de las aceras no destaca especialmente por estar bien colocado… ¡zas! tropecé con una baldosa «movediza». Ya me veía de bruces en el suelo cuando, como en las películas, unos brazos me sujetaron e impidieron que cayera. Yo me aferré a ellos y me sentí Grace Kelly por un momento.
– Gracias, si no es por usted…
– No ha sido nada, deberíamos quejarnos al Ayuntamiento, el embaldosado es una chapuza.
Se quedó mirándome y dijo,
– Oye ¿te conozco?
Vaya, pensé, uno que va de ligón. ¡Bah! no creo ¿quién va a querer ligar conmigo? Le miré un instante y pensé que también a mí me resultaba conocido. Intenté recordar y entonces habló,
– Ya caigo ¿te acuerdas? estudiamos juntos.
– ¡Ah sí, Javier! cuántos años hace que no nos vemos ¿veinte?
– Yo te vi hace unos tres o cuatro años. Ibas acompañada… ¿tomamos algo y hablamos?
– Lo siento, tengo que comprar un regalo y me cierran la tienda. Mejor otro día. Me alegra mucho verte y gracias. Si no es por ti me rompo la cabeza.
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Me alejé corriendo, diciéndole adiós con la mano. Conseguí llegar a tiempo, hacer mi compra y ya más tranquila, pensé en Javier y por un momento retrocedí en el tiempo.
¡Qué casualidad! ahora aparecía de nuevo y me pareció ver un brillo especial en sus ojos ¿o lo había imaginado?
Pensé… ¿cómo le habrá ido la vida? quizá me lo cuente si algún día volvemos a encontrarnos.
En el instituto yo era el patito feo, con diez kilos de más, gafas de culo de vaso y muy patosa, con frecuencia era víctima de las bromas de mis compañeros. Pero lo llevaba bien, me reía siempre y tomaba parte de las bromas como si no fueran conmigo. Eso hacía que, a pesar de mi aspecto, tuviera muchos amigos e incluso algunos pretendientes. No había fiesta en la que no contaran conmigo, decían que si faltaba yo no era igual.
Javier era uno más del grupo, muy guapo pero muy tímido, no participaba en las bromas e incluso parecía como que le molestaran. Alguna vez le descubrí mirándome con atención pero, aunque me hubiera gustado que lo hiciera, nunca se insinuó siquiera.
¿Ha quedado claro que soy algo patosa? Las prisas no son buenas consejeras y el ir distraída pensando en el pasado tampoco, así que lo que tenía que pasar pasó… no vi el escalón y ¡zas! Otra vez al suelo y de nuevo unos fuertes brazos me recogieron al instante.
-¿Otra vez tú?
-Te esperaba –me dijo- ahora que te he encontrado no te voy a dejar escapar. Vamos a hablar. Tienes que contarme todo lo que has hecho en estos años.
Le seguí sin pensar. Tenía curiosidad y un cierto nerviosismo. Siempre me había gustado aunque, en el pasado, nunca creí que, con mi aspecto, iba a fijarse en mí.
Entramos en una cafetería a aquellas horas medio desierta, nos sentamos en una mesa de un rincón y ante unas tazas de humeante café, Javier empezó a hablar.
-Estás radiante, igual que en aquellos tiempos.
-Ahora ya no llevo aquellas horribles gafas.
-Es verdad, se ven bien tus hermosos ojos, pero yo ya sabía cómo eran. ¿Sabes? Desapareciste y apenas supe de ti, tu marcha de la ciudad me dejó tocado, aunque te resulte difícil creerlo. Desde entonces te he buscado en las diversas mujeres que he conocido pero ninguna era como yo te recordaba. Me gustaban tus redondeces, he soñado muchas noches con recorrerlas con mis manos, perderme entre tus pliegues y beberte sorbo a sorbo.
-Pero ¿qué dices, Javier? Jamás me dijiste nada. Como iba yo a pensar…
-¿Te acuerdas aquella vez que te pusiste una falda dos tallas menos y al ir a sentarte se rasgó? ni te inmutaste, dijiste “qué malos son los tejidos de hoy”,ataste la chaqueta a tu cintura y seguimos la fiesta. Yo te observaba y me decía “esta chica me gusta mucho”
-Es verdad, siempre estaba metiendo la pata por uno u otro motivo. Pensaba que nunca se fijarían en mí con aquel aspecto que tenía entonces.
-A mí me gustabas cómo eras, divertida, generosa, siempre sonriente y muy sexy, tú no te dabas cuenta pero, a pesar de ser tan patosa como decías, te movías muy bien, tenías un puntito que a mí me traía loco.
-No digas tonterías, lo dices para quedar bien.
-Que no, Julia, todos sabían que estaba enamorado de ti –estiró la mano por encima de la mesa y rozó la mía, para luego envolverla con la suya.
Yo estaba tan nerviosa que no sabía ya qué decir ¿y si era verdad lo que decía? tantos años perdidos…
-No te voy a dejar escapar. Estás estupenda, como yo te recuerdo y ya no me conformo con soñar, ya quiero disfrutarte y que me disfrutes, quiero recuperar esos veinte años perdidos. No me importa que no veas tres en un burro, ni que derrames el vino encima del compañero de mesa, ni que confundas el azúcar con la sal, ni que te montes en el metro en la dirección opuesta. No me importa nada de eso, te quiero como eras y como eres. Piénsalo.
Al ver mi media sonrisa de incredulidad, se acercó a mí, me levantó de la silla y me dio tal beso en la boca que casi me muero de susto (y de gusto también…)
¿Qué iba a decir yo? Solo me quedé con una sonrisa bobalicona. Javier me pellizcó los mofletes y me dijo:
-Tenemos que seguir hablando, ¿dónde nos vemos mañana?
Y yo le dije dónde…
Hasta en los momentos más curiosos puede aparecer d nuevo la chispa del amor… Muy bonita historia, querida Estrella😉Besos y abrazos d luz😘🤗❤🌟
Gracias, Mamen, este es uno de esos pocos relatos que tengo por ahí. Lo mío es poner poemillas, aunque de vez en cuando también me gusta imaginar alguna historia. Como ésta, propicia para el calor del verano.
Besos y gracias por tu comentario.
¿Estrella Julia? ¿Julia Estrella? Qué callado te lo tenías… Si la hoguera del amor arde de esa manera en tus manos, que placer arder en ellas y calmar la sed entre tus labios… Dime, querida amiga, que esta historia es real y ese Javier navega por tus redondeces cual pirata bucanero en busca de… tu tesoro!!!!!
¡Oh no! siento defraudar esos pensamientos libidinosos que te han venido a la cabeza pero, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
No ha habido tropezón, ni recogida por unos brazos amorosos en secuencia cinematográfica…
Y ya quisiera haber ido al instituto hace veinte años, fui hace… ni me acuerdo de años y era un instituto solo de chicas, «las chicas del preu», ni siquiera hice COU, yo fui del último año de preuniversitario.
Ya estoy inmersa en esa temida «tercera edad», jajaja. Ahora a pedir los viajes del IMSERSO y tener a mano el tacatá y los dodotis.
Por mis redondeces hace tiempo que ningún bucanero se atreve a navegar, estoy convencida que ellos se lo pierden, desde luego…
Besiños, Pink, me he reído un rato, que viene muy bien.
Nunca defraudas… 🌹🌹🌹
Me alegra saberlo, Pink…
Veo que el verano da para encuentros,
relatos que bien pudieran ser o que quizá sean ya realidad…
Baches con magia donde cabe el ayer y cabe el hoy. Hondos.
En mi calle hay baches donde tropezar también
pero sin la magia de esa calle
por donde paseas tú.
Ya dirás su nombre…
calle de imprevistos reconfortantes,
encuentros donde el corazón de nuevo vuela,
y su piel de granito se rompe y abre
dejando nacer de su interior aire cálido…
Bonito relato, y que el guión puede dar para mucho más…
a ver en la próxima entrega
qué nos depara el tercer bache…
!!!Abrázate fuerte!!!, Julia o Estrella o quien seas…
Me ha gustado. Tiene gracia y recorrido emocional.
Un abrazo.
Valcarce.
La calle “Felicidad” podría llamarse,
pero no es más que una historia,
una emoción contenida buscando un torrente
por donde deslizarse hasta unos brazos
que la esperan para hacerla florecer.
En mi calle también hay baches
pero no he probado a caerme,
no sea que no aparezca un galán
y tenga que arrastrarme hasta el portal…
Gracias Valcarce, ya ves, una pena, pero ni hubo tropezón, ni galán, ni abrazo, ni «na». Tan solo un espejismo de un tórrido verano.
Abrazos.
Aunque sea ficticia la imaginación la puede hacer real cuando quieras, nos ha pasado a muchas… ese encuentro casual y una causalidad que se perdió cuando no debía. Un relato corto propicio de estos días calurosos. ¿Por qué no imaginar? Pero a veces también los sueños se cumplen. Doy fe de encuentros reales que no son ningún sueño. Un abrazo y feliz tarde.
Paz, con demasiada frecuencia el tiempo y el espacio se conjugan en contra nuestra para que esos encuentros no lleguen a buen puerto. Amores a destiempo, los llamo yo. Es como perder ese tren que te lleva a la felicidad. El siguiente ya llega tarde, solo trae dolor.
Cuando vea a un buen galán al lado, intentaré tropezar para provocar el encuentro, jajaja.
Un abrazo.
¡Vaya tropezón más certero, querida Estrella!
Déjame contarte que hace cosa de un mes acabé tendida todo lo larga que soy tras enredarme con mis propios pies, deseé que alguien me ayudara pero no vi absolutamente a nadie, culpa mía por aparcar en tan solitaria calle. Me partí el labio pero la mascarilla quedó intacta … todavía me duele al acordarme, como ves nada que ver con tu romántico traspié
Tus relatos me gustan y este además es divertido … y envidiable, envidiable también 😉
Envidiable sobre todo ¿quién no sueña con los cálidos brazos de un Richard Gere? pero no ha habido tropezón, ni brazos amorosos, ni ná de ná…
Siento lo de tu tropiezo, eso sí es mala suerte, espero que lo de tu labio esté mejor. Desde luego hay caídas tontas…
Un fuerte abrazo, Úrsula.
¿Qué tendrá Richard Gere? 😁
(Lo del labio bien ya, pero me ha dado lata). Gracias, Estrella!
No sé, le miras trocito a trocito y no destaca en nada, pero le miras en conjunto y tiene un no se qué…
Me alegro que ya estés bien, un beso.
Me encanta, totalmente de acuerdo! 😊
👍👍😉😉
Tu narrativa es con ritmo y divertida. Así que sigue tropezándote con ella y alégranos de vez en cuando 😀🥂✋
¡Oh, gracias, JM! Tengo un problema con los relatos, no sé inventar… por eso tengo pocos. O quizá es que no tengo paciencia, no sé.
Cuando me sacas del mundo de mis sentimientos o mis vivencias personales, me pierdo.
Gracias por ese paseo que te has dado por mi blog, espero que no te hayas saturado de mis cosas…
Abrazos.
De nada Estrella, digo lo que pienso y equivocado o no ni engaño o manipulo como si pensara lo que tuviese que decir 😁
Imaginación no te falta así que me inclino más por lo segundo, falta de paciencia para plasmarlo en párrafos en vez de versos cargados de emociones.
Debo un montón de visitas en este barrio, ya no hago el recorrido diario como antaño y voy un poco a salto de mata. La disciplina siempre acaba perdiendo la batalla con mi personal rebeldía. Tus entradas aunque intensas son breves y no empachan en absoluto así que sin problema 🥂🖐🏻
Probablemente tengas parte de razón, pero me cuesta imaginar cosas que no me hayan pasado, estuve en un taller de escritura y como teníamos que escribir sobre un tema concreto, lo pasaba fatal, no se me ocurría nada y me estresaba, yo creo que es que no tengo madera de escritora.
Dices que debes visitas… eso nos pasa a muchos, pero es que no se puede estar a todo, a mí por lo menos, me resulta imposible.
Un abrazo.
Yo tenía la rutina diaria de las visitas y también me servía como fuente de inspiración para las entradas, de ahí llegar a casi una diaria. Pero con el tiempo te estresas, la imaginación no debe estar sujeta a rutinas.
Ahora peco de lo contrario, encontrar el equilibrio es todo un desafío pero seguimos navegando.
Si quieres practicar con los micros hay al menos tres mensuales, Lídia, Sadire y 5 líneas. Los dos primeros admiten versos así que tendrías hasta ventaja. Con ellos yo consigo no perder la conexión porque de cosecha propia ando buscando las estrellas en un cielo encapotado.
Aprovecha estos días que se ven las estrellas…
Tengo un premio de Sadire de su reto y una mención también, jajaja, en el de Lídia creo que participé una vez al principio y el de 5 líneas no lo he probado. Seguro que solo me saldrían tres líneas…
Gracias por tu comentario, creo que lo peor es estresarse, cuando se hace por afición no se debe sufrir, sino disfrutar.
Abrazos, JM.
Cualquier cosa por obligación puede ser estresante y escribir tanto o más. Con Sadire y Lídia creo que estoy desde el principio y algún micro me ha quedado bien que hasta a mí me ha gustado. Con las 5 líneas empece el año pasado y a veces encajar las tres palabras es todo un rompecabezas. Yo estos retos cortos me los tomo como eso, desafíos para la imaginación y teniendo un mes para ellos no es para agobiarse salvo cuando los hago el último día 😅
Aquí por la noche es difícil que esté despejado el cielo así que me resultaría más fácil ver a tus tocayas dándome un golpe en la cabeza 😀 ✋
Confío en que habrá alguna noche despejada 🌠🌠
🌟🖐
😁🖐🏻
Es un relato ágil y muy entretenido, Estrella. Y esa última frase da libre paso a la imaginación del lector… ¡Me encantó! ¡Quiero más!
¡Abrazos!
Gracias, Saricarmen, de vez en cuando también me gusta hacer algún relato, pero me cuesta más idear una historia, soy de «prontos», lo que me surge en un momento, por eso los pequeños poemas son mi «especialidad».
Espero que todo vaya bien por casa. Un gran abrazo.
Es como una película romántica concentrada, ¡muy bonito! Aunque también da que pensar, en esas oportunidades perdidas por miedo. Pero bueno, ¡más vale tarde que nunca!
Un abrazo
Un divertimento veraniego con un fondo de melancolía. Hay muchas ocasiones perdidas que nos hubieran traido felicidad de haberlas aprovechado.
Yo he querido plasmas una de esas ocasiones con un posible final feliz.
Abrazos.
¡Hermoso relato! Me quedé con las ganas de conocer el desenlace… Ojalá los protagonistas acaben bien y recuperen el tiempo perdido. Saludos 🙂
El relato es totalmente ficticio, así que cada uno podrá darle el desenlace que quieran. Con este calor veraniego yo voto por un final feliz, un reencuentro para toda la vida…
Abrazos, Lavie.
¡Estoy de acuerdo! Apuesto por el final feliz, que ahora más que nunca hace falta recuperar la felicidad. Abrazos, Estrella.
¡Vivan los finales felices…!
Me encantaría tener un tropiezo de esos Estrella.
Qué bueno!!
Reencontrarse con alguien del pasado y que además estaba enamorado de ti…
Es un relato para hacer peli, no sé si como le has dicho a Úrsula con un Richard Gere o casi mejor con Christian Grey…
Pero consigues tenerme enganchada hasta el final de la historia casi sin respiración, esperando a ver qué ocurre.
Tanto el anterior como este son geniales, creo que deberías regalarnos más historias de estas mi querida amiga.
Espero el siguiente.
Perdona mi tardanza, han estado como sabes mis niños aquí hasta ayer y no me dejaban parar.
Un besito. 🌹😘
La vida da muchas vueltas…un precioso texto. Un abrazo, Estrella.
Qué bonito. Siempre me resisto a leer textos largos, pero este me ha tenido enganchada hasta el final. La «calle de la Alegría» tenía escrita una segunda oportunidad que no hay que perderse. Un saludo.
Tampoco es un texto tan largo… me alegro que te haya enganchado hasta el final. Hay qye estar siempre receptivo a vivir una segunda oportunidad, no suelen darse con facilidad.
Abrazos.
El beso inesperado, el peñisco adecuado y zas caiste, pero esta vez sabiendo en que manos caerias. Un amor rescatado por unas caidas en el tiempo… Ahora falta «Encuentro Casual 2″… jajaja.
Tony Mola
Un relato alegre de vez en cuando no hace daño ¿verdad, Tony? no sé si tendrá segunda parte, posiblemente me saldría algo triste, así que mejor dejarlo en la duda.
Abrazos.
¡Qué gracioso! Me ha gustado empezar la mañana tomando mi café recién hecho y sonriendo.
Un saludo, que bueno es el humor y qué bien sienta.