Cuando en la mañana alargo la mano,
solo encuentro un hueco vacío.
Te sueño a mi lado.
Sin abrir los ojos,
mis dedos acarician tu espalda,
mi boca te recorre lentamente
y se detiene en tu nuca,
un beso suave en tu piel ardiente.
Abro los ojos y estoy sola.
El beso queda suspendido
en el aire de la habitación
y un te quiero se ahoga en mi garganta.
Con la vista nublada te busco,
pero no estás,
eres sueño de una noche de verano,
o dos, o tres,
quizá un sueño de cada noche del año…
(Estrella) .
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