Desde hacía un tiempo, asomado a la ventana,
la veía salir.
Hasta entonces no había reparado en ella.
Ahora, cada día, admiraba su porte sereno y elegante,
sus vestidos eran clásicos, intemporales,
su cara apenas se entreveía bajo el ala corta de su sombrero.
No podía adivinar su edad,
pero parecía una dama de edad indefinida.
Siempre volvía acompañada,
llegaba agarrada del brazo de algún señor maduro,
también de mujeres, de jóvenes,
incluso alguna vez llevaba de la mano a un niño.
Siempre eran personas distintas las que con ella iban,
miraban sus ojos mientras les hablaba,
atraídos por el brillo extraño de su mirada.
.
Según se iba fijando más en ella,
sus ganas por conocerla habían ido en aumento,
había algo que le atraía poderosamente.
Tras años de soledad,
y muchas horas con la mirada perdida en el infinito,
la extraña dama había llamado su atención
y sabía que, tarde o temprano, iba a encontrarse con ella.
Aquel día pegó su cara al cristal buscándola,
le extrañó no verla.
Se apartó de la ventana y se sentó en el sofá,
triste, vacío, sólo…
.
De repente sintió que los párpados le pesaban,
dejó que se cerraran lentamente.
No oyó el sonido de la puerta al abrirse,
ni los pasos de la dama al llegar a su lado
hasta que sintió una mano que tiraba de él,
la dama iba vestida de negro y una redecilla caía de su sombrero,
apenas podía ver sus ojos.
Con voz dulce le dijo:
“ha llegado la hora, tu espera ha terminado”
él, sin protestar, se levantó y fue tras ella,
y una paz infinita le envolvió…
(Estrella)
.
Es una placentera forma de dejar el mundo de los vivos, la que tú, tan deliciosa y correctamente nos cuentas.
Me agrada cómo creas la ilusión de un posible romance, o un final macabro, o trágico, por el misterio en que sabes envolver el relato. El desenlace confirma la sensación de estar ante una historia singular, y esa frase final: *Y una paz infinita le envolvió*, es como seguramente todos queremos que sea… por inevitable.
Excelente, sé muy bien que no se puede esperar menos de ti.
Un beso, Estrella.
Gracias, Pensador, como siempre es un placer leer tus comentarios. Me halagas demasiado sin merecerlo.
La vida es un suspiro y a veces tan entrecortado, que muchas veces deseo que me falte el aire.
A veces la imagino, la veo venir, me mira y se da media vuelta como despreciándome y siento que soy tan poquita cosa que ni a ella intereso… Espero que el día que me agarre de la mano sea dulcemente, y que, como una vieja amiga, sepa conducirme a esa paz que tiene que suponer volver a la tierra y resucitar en una rosa, ¿por qué no?
Un beso y gracias.
¿Qué mejor compañera para ese viaje! (Aunque no tengo ninguna prisa). Un beso Estrella. Bello relato.
Miguel, tampoco tengo prisa, pero estoy preparada, no tengo grandes ataduras… Un beso.
Solo las personas guerreras que han conocido batallas en directo sueñan con una paz tan…como la describes tu. Y yo siempre he creido que sería algo así, pero como no podré contarlo, no tengo ningún interés en esa «dama» ni en foto.
No creo que sea una persona guerrera, Carlos, pero sí me ha tocado y me toca pelear en muchas guerras. Por eso, a cada golpe nuevo que me da la vida, deseo más alcanzar la paz y yo creo que no la voy a tener hasta que esa dama venga a buscarme.
Mientras tanto, peleo a tumba abierta con la vida.
Un beso.
Hola, Estrella. Recuerdo que en la Comunidad tuvimos una vez un pequeño debate sobre el género femenino que atribuimos a la muerte. Fue en respuesta a algún post, no sé si mío o de otro compañero. Besos.
Yo creo, Mercedes que ese género que le atribuimos es sobre todo por el nombre femenino… y me imagino que, como es una cosa que no quiere nadie, algún hombre se encargó de mostrarla como mujer…
Esa imagen con la guadaña… es mucho más entrañable como la presento yo, después de todo va a ser nuestra última compañera de viaje, así que mejor verla como una amiga y con una imagen agradable.
Un beso.
Mi estimado Estrella: ayssssssssssssss..qué relato más triste, a la vez que sosegado nos traes. Sinceramente pienso como tú, que la única vez que ella aparezca en nuestras vidas lo haga en silencio, con paz….y sin hacernos daño. Yo espero que no venga a verme en muchos, muchos años, porque aún he de dar mucha guerra en esta vida.
No sé porqué a la muerte la asociamos al género femenino…me has dado una idea para un post. Gracias, siempre es un placer pasar y relajarme con tus escritos, pensamientos o vivencias. Un beso y dulce fin de semana.
Al rescatar este post, he visto tu comentario, Águeda. Espero que estés bien y desde luego que espere muchos años antes de buscarnos esta extraña dama, aunque yo estoy preparada hace tiempo, no me da miedo.
Un beso.
¡Guau! amiga, me ha gustado mucho. Saludos
Gracias, Yolanda, una manera de esperar a la extraña dama.
Un abrazo.
Estrella, que forma más bonita y más sensible de hablar de ese triste momento. Conmueven tus palabras.
Me gustaría morir así, plácidamente, mientras espero el momento, con la serenidad de haber vivido intentando no hacer daño a nadie. Y hace tiempo que estoy preparada, no le tengo ningún apego a la vida por mí, aunque sí lo debo tener para sacar adelante a los mìos.
Un beso.
Te entiendo mejor de lo que te puedes imaginar, Estrella. He vivido hace poco este tránsito muy cerca de mí y la reflexión es inmediata.
Busca motivos para disfrutar ( que los hay aunque no los veas, te lo puedo asegurar) y vive por ti, no por los tuyos!!!!
Perdóname introducir una nota de humor, pero había un grupo que cantan fatal pero tenía una canción que se me quedó grabada. Una de las estrofas decía:
«Me quiero, me quiero, no puedo vivir sin mí»
Quiérete Estrella. Vale la pena!!!
Un abrazo inmenso y buenas noches!!!
Es difícil explicar, Luis y quizá, hasta un poco incomprensible, porque no soy pesimista y además soy muy alegre e intento disfrutar los pequeños momentos de felicidad que me da la vida, pero no tengo demasiado interés en ir quemando años, la verdad.
Un abrazo.
Estrella, las vivencias de cada uno son especiales, y son las que nos mueven. Disfrutar del momento es admirable, y creo entenderte!!!
Quemar años? La meta es el viaje, día a día disfrutar del bonito paisaje….
Un abrazo inmenso.
Muy hermoso y muy bien escrito!! Un fuerte abrazo Estrella.
Gracias, María, es un halago viniendo de ti.
Un abrazo y buen finde…
Ya decía yo que me sonaba estEso sie post para morirse. Efectivamente la paz y la serenidad son los deseos de todos en el momento especial en que aparece la dama hermosa. Nada de esqueletos con guadañas ni jilipolleces. Serenidad y esa luz mágica de que hablan. Yo por lo menos lo espero así, ó en este caso la espero así. Y tal cual lo deseo. Eso si, sin prisas ningunas y en la casa de uno rodeado de cariño. Y de lloros nada, un fox si que puede estar bién.
Carlos, es un placer leer tus comentarios que siempre me hacen reir…
Y tienes razón, que espere mucho la extraña dama y no estaría mal despedirnos de este mundo, con una buena música y si puede ser bailando, ya sería lo más de lo más… todos bailando alrededor de nuestras cenizas, mientras nosotros desde el más allá, allá donde esté… sonriendo no ya a la vida, sino a la muerte… ¡qué macabra me he puesto!
Un abrazo, ¿qué tal esa rodilla? por ahí leí que estabas lesionado.